domingo, 7 de abril de 2013

22. La muerte de Sylvia, según sus compañeras




***
        Sylvia había buscado acabarse otras veces:

Morir
        es un arte, como cualquier otra cosa.
        Yo lo hago excepcionalmente bien.[1]

        Mujeres de su oficio se ocuparon de la muerte de Sylvia, asociándola a su escritura, a mares interiores, a “una cosa oscura”, al nombre de su padre.

***
“Nos conocimos porque éramos poetas. Nos conocimos, no por una cuestión de protocolo, sino porque buscábamos la verdad [but for truth].”[2]

“Sostenidas así en equilibrio, las suicidas a veces se conocen…”[3]

“Sylvia and I, such sleep mongers, such death mongers…” Eran, Sylvia Plath y Anne Sexton, traficantes de sueño, traficantes de muerte. Las dos se veían atraídas por el suicidio, “como las mariposas nocturnas a una bombilla. ¡Libábamos en él!”[4] Con el suyo, Sylvia había “venido a casa”[5], la había adelantado.[6]

Anne Sexton, que la conoció y la quiso, y fue, con ella, novia de la Muerte, la llora (“Ay, Sylvia, Sylvia…”), algo celosa, y dice:

¿Qué es tu muerte
sino una vieja pertenencia,

un topo que se ha caído
de uno de tus poemas?[7]

***
En “el país de Sylvia” que titula la elegía Erica Jong sabe…

“…el mar, la lluvia,
y la muerte, que forma rima imperfecta
con el nombre de su padre.[8]

           Obsceno monosílabo,
           se detiene un poco
           sobre el tejado
           de la casa de la boca.
          
           (…)

           Pensaron que tu muerte
           fue tu último poema:
           un libro negro
           con las portadas estampadas en oro
           & páginas del color de la ceniza.

           Pero a mí no me lo pareció:
           sé que la locura
           no cree
           en la metáfora.

           Cuando empezaste a sentir
           la deriva de los continentes
           bajo tus pies,
           la succión del mar,
           & cada
           átomo del aire envenenado,
           perdiste
           el lujo de la sonrisa…

           Sylvia fue, en su hora última, “Ondina, Ariel, / y, finalmente, nadie…”

           ¿qué podíamos decirte
           después de que te arrojaras al mar de tus adentros
           & fueras engullida
  por tus poemas?[9]

***
        El poema de Elaine Connell, <<Una quimera para Sylvia>>, termina así:

        Tendida en el piso frígido, plano,
        aterrorizada por una cosa oscura que dormía dentro de ti,
        abrumada por la malicia incalculable de lo cotidiano,
        habitada por un grito, ‘¡He acabado!’, escupiste.
        Aniquilaste la década, disolviste tu antiguo ser,
        desataste tus penas, caíste

                 M
                 U
                 C
                 H
                 O
                 T
                 R
                 E
                 C
                 H
                 O

        ¿Has regresado? ¿Perfecta?[10]


[1] <<Lady Lazarus>>.  Sylvia Plath, Collected Poems, pp. 244 – 247.
[2] Anne Sexton, <<The Bar Fly Ought to Sing>> (<<El mosquito de taberna debería volar>>), Tri Quarterly 7 (otoño de 1966). En Anne Sexton, No Evil Star…, p. 6.
[3] Anne Sexton, <<Wanting to Die>> (<<Queriendo morir>>). 3 de febrero de 1964. En Live or Die (1966). En Anne Sexton, Complete Poems, pp. 142 – 143.
[4] Anne Sexton, <<The Bar Fly Ought to Sing>> (<<El mosquito de taberna debería volar>>), Tri Quarterly 7 (otoño de 1966). En Anne Sexton, No Evil Star…, pp. 6 – 13.
[5] Anne Sexton al Dr. Orne. Cinta grabada en la sesión del 7 de marzo de 1966. En Diane Wood Middlebrook, Anne Sexton: A Biography, p. 199.
[6] Diane Wood Middlebrook, Anne Sexton: A Biography, p. 201.
[7] Anne Sexton, <<Muerte de Sylvia>> (<<Sylvia’s Death>>). En Live or Die (1966). En Anne Sexton, Complete Poems, pp. 126 – 128.
[8] Quiere decir, con su apellido: “Death” / “Plath”.
[9] Erica Jong, <<In Sylvia Plath Country>>. En Erica Jong, Fruits and Vegetables, 1971.
[10] Elaine Connell, <<A Chimera for Sylvia>>. En Poppies and Other Poems (Amapolas y otros poemas) (2001).

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