<<Horóscopo>>[1]
“Quisiste estudiar
tus estrellas – las guardianas
del patio de tu cárcel, su zodíaco. Los
planetas
murmuraban su poderoso sprach con acentos babilónicos –
como los huesos de un hechicero. Con
razón te daba miedo
el escándalo de los huesos…
(…)
Sin embargo… (…)
Tú sólo tenías que mirar
en la cara más próxima de una metáfora
sacada de tu armario o de tu plato
o del sol o de la luna o del tejo
para ver a tu padre, a tu madre o a mí
trayéndote todo tu Destino.”
Eran
papá, mamá, Ted, quienes ordenaban la suerte de Sylvia. Pero el lenguaje, o
idioma (“sprach”), de sus estrellas,
decía sobre todo a Otto Plath.
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